Dirigentes del Real: no se engañen, es absolutamente legítima la protesta del público por no
cumplirse las medidas de distanciamiento. No echen ustedes balones fuera porque lo más
acertado en este caso es la disculpa, mal que le pese a su soberbia. Sean capaces de hacer un
poco de autocrítica por una vez, la gestión que hacen de este centro se sostiene en los números
pero se olvida a menudo de las personas, y esa ausencia de factor humano es un grave error en
la actividad que desarrollamos. De nuevo sus palabras no concuerdan con sus actos cuando se
trata de personas, esta vez el trato dado al público ha sido similar al recibido por sus empleados:
despectivo y desconsiderado.
En el Real tenemos oportunidad de trabajar con grandes personalidades a nivel técnico y artístico,
pero si olvidamos que quien realmente es esencial en nuestra profesión es la audiencia daremos
la espalda a nuestra razón de ser más fundamental, la que sostiene todos los demás motivos.
Para quienes trabajamos en este sector el público es "sagrado", y no solo el del Real, cualquier
público en su concepto más amplio. Él es quien de verdad importa con independencia del tipo de
localidad que ocupe. Las personas que el otro día mostraron su enfado estaban pagando casi 100
euros por butaca en la parte alta de la sala, y seguramente muchas de ellas hayan tenido que
pelear con el Real para que les devuelvan los importes de los abonos de las representaciones
perdidas por el cese de actividad del teatro. En ningún momento salió alguien por parte de la
Fundación a explicarles la situación directamente o a intentar aclarar las cosas. Lamentable.
Ahora que el mundo de la cultura está pidiendo el regreso a las salas bajo el lema de que la
cultura es segura, cuando la convocatoria de Red Alert ha visibilizado las dificultades por las que
pasa el sector (con gran participación de profesionales del gremio), nuestros gestores se
desmarcan con esta chapuza. Lo sucedido es algo muy malo para toda la profesión y ni siquiera
son capaces de verlo, o tal vez no les importe. Desde este escenario sumamos nuestra rabia a la
del público para pedir que se produzca un necesario cambio de rumbo en este CORTIJO REAL,
son ya años reclamando una depuración de responsabilidades que no se produce.