La Confederación General del Trabajo (CGT) ha tachado de vergonzosas las expresiones de apoyo a la figura del fascista Rodolfo Martín Villa por parte de personajes que tienen o han tenido un protagonismo en el ámbito de la izquierda de este país. Estas declaraciones, que han visto la luz en las últimas horas, se han producido en el contexto de la toma de declaración al exministro franquista que se celebrará el próximo 3 de septiembre en Madrid, con motivo de su imputación en la Querella Argentina contra los crímenes del franquismo.
Rodolfo Martín Villa, quien se ganó a pulso el apodo de “la porra de la Transición” por la extremada violencia con la que la policía que controlaba reprimía las manifestaciones obreras y estudiantiles en el tardofranquismo, nunca ha ocultado su afecto y nostalgia por el régimen del genocida caudillo, en cuya dictadura ocupó diversos cargos políticos de relevancia y nunca le faltó trabajo. Durante esta negra etapa de la historia más reciente de España, Martín Villa jugó un papel fundamental en los intereses de Franco, cuyo objetivo fue instaurar otro régimen a su muerte asegurando la impunidad de quienes se dedicaron durante décadas a perseguir y torturar a disidentes políticos y sociales.
Martín Villa jamás se ha arrepentido de sus actos, como ha declarado en entrevistas, y como tantos otros políticos del régimen fascista de Francisco Franco, -Manuel Fraga o Adolfo Suárez, por ejemplo-, se transformó en demócrata sin haber dado cuenta de los crímenes cometidos contra miles de personas, algunas de las cuáles pagaron muy caro su lucha por instaurar una verdadera democracia.
En este sentido, la organización anarcosindicalista ha tildado de vergonzosas las cartas de apoyo y elogios a la figura de este fascista, firmadas por personajes que tienen o han tenido un papel fundamental en los entornos de la supuesta izquierda de este país. CGT considera incomprensible que líderes de sindicatos cuya militancia fue perseguida y represaliada por defender los intereses de la clase obrera, demuestren su admiración por individuos tan siniestros como Martín Villa, implicado en las muertes de los cinco obreros en Vitoria, en marzo de 1976, o en montajes policiales contra entornos obreros, como el Caso Scala. Salvo que este apoyo refrende el ofrecido por el régimen, en los tumultuosos años del fin del Sindicato Vertical, en su favor y en contra de la fuerza de la organización anarcosindicalista CNT. CGT recuerda precisamente las declaraciones de Martín Villa tras el montaje del Caso Scala: «No me preocupa ETA, quienes de verdad me preocupan son la CNT y el Movimiento Libertario».
CGT tiene claro que la transición democrática solo fue una puesta en escena más del mismo régimen que continuó tras la muerte del general golpista, y los verdaderos pactos se hicieron con traidores de la clase obrera y con los representantes de un régimen evolucionado pero igual de fascista que el que se impuso tras la Guerra Civil en 1939. Es por ello que desde CGT rechazan todas estas manifestaciones de apoyo y exigen de una vez al Gobierno del Estado español la puesta en marcha de los mecanismos necesarios para que se haga de una vez justicia con las víctimas del terrorismo franquista y sus familias.