CGT puntualiza que la decisión de desconvocar el acto del 10 de marzo se tomó por sentido común y de manera solidaria por la militancia, y ante la situación en la que se estaba en aquellos primeros días de evolución de la pandemia de Covid-19. En este sentido, CGT deja muy claro que no recibió presiones de ningún tipo para llevar a efecto dicha decisión, como sostiene el “informe” de la Benemérita al respeto y del que hoy se hacen eco los medios de comunicación del país.
CGT condena lo que para la organización no es más que otro montaje policial, como tantos otros que padece el entorno libertario y anarquista de este país durante años, y reprocha al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, que en mitad de todo este nuevo escándalo haya tomado la decisión de aumentar el salario de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, el único sector nunca sufre las consecuencias de las crisis socioeconómicas.
CGT ha manifestado que este montaje no es más que otro más de los muchos que sufre la clase trabajadora y una estrategia de la extrema derecha y sus grupos sociales reaccionarios encaminada a criminalizar la protesta y la lucha feministas.
En último lugar, la organización anarcosindicalista ha recalcado que no descarta emprender medidas legales contra la Benemérita, por entender que las declaraciones realizadas por un sindicalista ante la Guardia Civil, de confirmarse el contenido del informe publicado en las últimas horas, han sido manipuladas torticeramente para la pugna interna de esta institución militar contra el Gobierno del Estado español. CGT deja muy claro que su forma de funcionar en la sociedad es independiente de los Gobiernos de turno y sus acciones como sindicato no obedecen al chantaje de nadie.