En el último trimestre del 2019 fuimos testigos directos de cómo se las gastan algunas de las empresas de la patronal del Telemarketing. Tanto SITEL (hizo un ERE para despedir a 322 personas de sus centros de Sevilla y Barcelona), como TRANSCOM (hizo otro ERE para despedir a 150 personas en Madrid), como GSS Covisian (tramitó otro despido colectivo para cerrar su centro en Bilbao con cerca de 100 personas), e Intrum, (que despidió a 175 personas en varios centros de todo el estado) han encontrado en el despido la única solución a su incapacidad.
Centenares de personas, la mayor parte mujeres, en el paro por procedimientos de despido colectivo por la codicia de multinacionales que manejan presupuestos de decenas de millones de euros y que obtienen pingües beneficios de nuestro trabajo incansable.
Los “argumentos” que manejan estas grandes empresas para querer despedirnos son los de siempre. Que si tienen problemas económicos, que si no tienen capacidad de recolocación, que si no ganan lo suficiente… Vamos, nada nuevo y, siempre mentira.
En CGT, obviamente, no los compartimos. Las empresas de este sector solo se han aprendido los derechos que avalan la libertad de empresa, la economía de mercado, el principio del máximo beneficio y la ley de la oferta y la demanda, pero se han olvidado de que existen otros derechos. CGT siempre participa en estos procesos recordando que el mayor derecho que tiene una persona trabajadora es su puesto de trabajo y que, en un sector como este, la pérdida de una campaña nunca puede suponer en sí mismo despidos dado que es su modelo de negocio, ganar unas campañas y perder otras.
Las empresas cogen llamadas en muchas provincias y las desvían cuando les da gana a otras. Pero cuando hay un ERE jamás desvían la carga de trabajo. Hacer un ERE en un centro de trabajo cuando en otro centro se contrata gente es lo normal para estas multinacionales, por lo que para la CGT esos despidos suponen una autentica ESTAFA.
Lo malo es que a veces, en la CGT, nos quedamos solos. De los 4 ERES mencionados arriba, 3 de ellos acabaron con la firma y el aval de CCOO y UGT, los cómplices necesarios para la ejecución de estos crímenes laborales. Estas organizaciones, lejos de ayudar a formar parte de la solución ya forman parte del problema para mantener un puesto de trabajo en el sector del Contact Center.
Mencionar también otra forma de ERE, como son las modificaciones sustanciales colectivas (MSCC) que se han utilizado, y se utilizan, para destruir empleo. Proponerle a alguien un horario imposible, o cualquier otro cambio agresivo en las condiciones de trabajo le obliga a elegir entre susto o muerte, y eso las empresas del sector lo saben. En ese sentido, la empresa que preside la patronal del sector, (que antes se llamaba Qualytel, se puso como marca Arvato y ha terminado llamándose Majorel), ha tramitado un expediente salvaje de MSCC que ha terminado con 539 afectadas del centro de Zaragoza. Este ataque es especialmente deleznable porque esta empresa, simultáneamente, se ha adjudicado nuevos contratos, algunos públicos, como el servicio de atención multicanal a clientes y usuarios de Correos, y otros privados, como el que le ha adjudicado Orange que prever prestar desde su centro de Jerez (Cádiz).
¿Por qué aquí se despide y se contrata simultáneamente?
Alguna persona bienintencionada se preguntará por qué las empresas de telemarketing, si mantienen la carga de trabajo e incluso, en ocasiones, amplían la plantilla hacen estas salvajadas. La clave está en destruir empleo fijo, a jornada completa, por empleo temporal, a jornada parcial. Y aumentar la ganancia de las empresas atacando a las personas que la han mantenido a flote los servicios de estas compañías los últimos lustros. Esa es la estrategia del conglomerado de las empresas que están en la patronal del telemarketing, maniobras que seguirán desarrollando en los próximos años, y ante las que tenemos que estas preparadas.
En todos los procesos en los que estemos presentes, la CGT se posicionará siempre del lado de los y las trabajadoras. No vamos a ser cómplices de los tejemanejes de aquellos que, con excusas de poca monta, sólo entienden de destruir empleo con la intención de intimidar a las personas que se quedan y precarizar el sector aún más. Aquellos sindicalistos que si quieran participar de esto, que se lo hagan mirar. No será la CGT el sindicato que dé el visto bueno a estos atropellos. Si algún sindicato sigue haciéndolo debería replantearse su nomenclatura. Porque, a simple vista, la palabra sindicato les queda grande.
La lucha es el único camino y en esa ruta estará siempre la CGT.