Desde el Sindicato de Transportes y Comunicaciones de Madrid queremos denunciar el abuso constante que se produce por parte de las denominadas empresas VTC (vehículo de transporte concertado). Estas cadenas de subcontratas, organizadas bajo distintas plataformas digitales, fomentan lo que se ha dado en llamar “economía colaborativa” (al igual que ocurre en otros casos como Deliveroo o Glovo), pero sus prácticas reales, al igual que las plataformas citadas, son en realidad una vuelta más de tuerca en relación a la precariedad laboral ya existente en nuestro país.
Trabajadores en régimen de falsos autónomos en unos casos, o bien mediante contratación de personal sin cumplir los más elementales derechos laborales, pretenden hacerse de oro gracias a un servicio que entendemos que debería ser público y que debería cumplir con todas las garantías laborales.
En relación a las empresas matrices de donde surgen estas subcontratas, al igual que ocurre con otras multinacionales, éstas apenas pagan impuestos en los países donde operan. Precisamente por ello nos parece más sangrante que estas iniciativas privadas quieran hacerse de oro gracias a un servicio que entendemos que debería ser público.
La realidad nos indica que el servicio del taxi, por tanto, debería contar con una regulación específica que garantice tanto la calidad del mismo como unas condiciones laborales dignas, y este es un cometido que en ningún caso pueden desempeñar las empresas VTC.
La falta de voluntad política ha propiciado que, en estos momentos, un servicio que debería ser público esté gestionado en gran medida por estas multinacionales y por las subcontratas que se han formalizado en torno a las mismas. Entendemos, por tanto, que debe cesar el amparo y patrocinio de las VTC por parte de ciertas instituciones.
No hay otra salida, por tanto, al conflicto que vivimos desde hace días en las ciudades más importantes de nuestro país: